Todo correcto en su punto justo. No deslumbra, pero tampoco ha estado mal.
He echado en falta en la carta alguna hamburguesa. La carne estaba rica, aunque deberían poner los cuchillos adecuados, que corten, por favor. El acompañamiento de la carne, era un poquito estilo comida de hospital.
La atención ha sido amable, no ha habido demasiada tardanza entre platos, así que todo bien.
La experiencia es muy buena. La carne está muy bien aunque las guarniciones no cumplen con la espectativa.
La atención es excelente como en todo el hotel.
Sugiero tratar de reservar temprano porque llegamos a las 21.30 y parece como que no queda nada de comida y luego te apagan la música para que te vayas.
El boufet es malo y no lo reponen como se debe. Faltan fiambres y las ensaladas dejan mucho que desear.
Resulta extraño que el único helado que sirvan de postre sea de Pistaccio, ya que no combina con el brownie ni con la tarta de manzana…
El menú de niños no existe. Le pusieron la mejor onda y sirvieron una pechuga de pollo aunque nuevamente se nota la falta de voluntad en conseguir una hamburguesa de carne.
Insisto la atención es excelente.
Lo primero que quiero destacar es la atención de las chicas (mozas), suuuuper atentas, amables y con vocación de servicio. Más allá de que la comida fue excelente, súpero nuestras expectativas. Recomiendo la sopa de cebolla como entrada y plato principal el filet de mignon, tierno, jugoso, rico. Lastima ya mañana nos estaremos yendo, sino, volveríamos a reservar en este restaurante.
Particularmente de todos los restaurantes qué hay en el Grand Palladium, no recomiendo el Italiano, allí la comida no se parece nada a italiana, ni la pasta, ni la pizza y menos la atención fría y distante. Pero bueno, no hay que poner a todos en la misma bolsa. Los demás estuvieron excelentes. Ganas de quedarse afull !!
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